JAPÓN INVENTA LAS ROBO-ABEJAS PARA POLINIZAR EL PLANETA

Se teme que se para el 2025 las abejas se extingan.



Abejas robot para polinizar cultivos

La extinción de las abejas podría sumir a la humanidad en el caos alimentario. Estos insectos, en serio declive, polinizan la inmensa mayoría de los cultivos del planeta. Para evitar la catástrofe científicos japoneses han inventado un prototipo de abeja robot para transportar el polen de una flor a otra.

“Creemos que estas abejas robóticas podrían programarse para hacer rutas de polinización usando sistemas de GPS e inteligencia artificial”, explica el químico Eijiro Miyako, del Instituto de Ciencia y Tecnología industriales avanzadas (AIST), que ha participado en la creación del invento.

La abeja robot, como en la serie The Black Mirror, es un minúsculo drone de unos 40 milímetros de largo. La parte inferior está cubierta de pelos de caballo impregnados en un gel al que se adhiere el polen con la suficiente labilidad como para que se desprenda al llegar a otra flor. Es una genialidad química resultado de la casualidad.

“Este proyecto es producto de la serendipia”, asegura Miyako. En 2007 estaba trabajando en la búsqueda de líquidos que sirvieran como conductores eléctricos. Sintetizó un gel no conductor tan pegajoso como la cera para moldear el pelo. Guardó el fracaso en un armario. Años después lo encontró haciendo limpieza. Los tiempos habían cambiado y la población de abejas había caído en picado. Su mente científica vio claro que aquel gel pegajoso se había convertido en una sustancia valiosa para el medio ambiente.

Colocaron el gel en la superficie de hormigas y las dejaron pasearse por una caja llena de tulipanes. Los insectos colmaron su cuerpo de polen. “Nos sorprendió que tras ocho años el gel no se había degradado y seguía siendo viscoso. Los geles convencionales están hechos en su mayoría de agua y no se conservan durante tanto tiempo”, explica.

Tras comprobar de aquella manera que el gel seguía siendo pegajoso lo untaron en pelos de caballo colocados en los bajos de minúsculos drones, que sobrevolaron ramos de lirios. Las abejas robóticas cumplieron a la perfección con su cometido: capturaron el polen de unas flores y las depositaron en otras diferentes. Los drones sin pelos ni gel no retuvieron polen. Más abejas robot

El pequeño robot japonés no es el único que trata de imitar a las abejas. Ingenieros de la Universidad de Harvard han creado a Robobee, una abeja mecánica, de 8 miligramos fabricada con fibra de carbono. Es capaz de volar, batiendo sus delicadas alas 120 veces por segundo, y de nadar. Su idea es crear enjambres que se moverán controlados a distancia.

Desde hace quince años estos seres alados sufren síndrome de colapso de colonia. Su número disminuye silenciosamente hasta que la comunidad no consigue prosperar. Sin suficientes obreras y zánganos, la reina, pilar fundamental de la colonia, muere desprotegida.

Los científicos han averiguado que la muerte de las abejas se debe a una confluencia de factores, entre los que figuran el uso de pesticidas –sobre todo los neonicotinoides, que la UE tiene previsto prohibir en octubre– , el ataque de parásitos –como el Nosema ceranae, un hongo que infecta el aparato digestivo de las abejas, virus o el ácaro Varroa destructor– y la reducción de la diversidad de plantas y árboles florales provocada por la moderna agricultura.

Casi dos terceras partes de las plantas cultivadas destinadas a consumo humano dependen de la polinización por abejas, según la FAO. En Europa, el 84% de las 264 especies de cosechas se polinizan con abejas. Sin las abejas escasearía el cacao, las manzanas, cebollas, zanahorias, melones, soja, brócoli o naranjas. Solo en California, estos insectos polinizan los almendros que producen el 80% de las almendras para consumo del mundo. Son cruciales para el 9,5% de la producción mundial de alimentos.