ASÍ ES UNA GRANJA DE "LIKES"

El dinero cambia tendencias en las redes sociales




Facebook (entre otros) se ha convertido en la opción predilecta de publicidad para muchas de las empresas y marcas del mundo. Cada vez que hay un nuevo producto se abre una nueva oportunidad para anunciar un servicio o evento en la red social.

Para ello, Facebook creó las fanpages o páginas dedicadas a temas específicos. Los usuarios pueden entonces dar "Me Gusta" a aquello que realmente les interesa y así comenzar a recibir actualizaciones sobre el tema, además de conectarse con otras personas de intereses similares. Al final, el número de “Likes” es un buen referente para medir el nivel de prestigio y popularidad de la página.

Este método es muy útil para las empresas, quienes pueden promocionar sus productos a sólo un cierto grupo de usuarios que realmente puedan estar interesados en el contenido. Es posible, por ejemplo, apuntar a gente con intereses políticos específicos o que vivan en una determinada ciudad o país.

Sin duda, este tipo de publicidad se ha vuelto una importante fuente de ingresos para Facebook, pero lo que lo muchos no saben, es que existe otra forma de promover las páginas...

En los últimos años, ha surgido una industria secreta que vende likes a cualquiera que esté dispuesto a pagar por ellos. Estos servicios inflan el interés hacia una página con ayuda de las “granjas de likes”, las cuales sirven para aumentar la “popularidad” de los sitios. Sin embargo, poco se sabe acerca de estos servicios o la forma en que operan. Tampoco sabemos si se tratan de robots o humanos.

A raíz de esto, Emiliano De Cristofaro, del University College London, y algunos de sus amigos en todo el mundo ofrecieron una primera investigación sistemática sobre la naturaleza de estas “granjas”.

Su enfoque es relativamente sencillo. Estos chicos comenzaron abriendo 13 páginas de Facebook sobre "Electricidad virtual", pero sin ningún contenido. Cada una incluía una descripción que decía: "Esta no es una página real, así que por favor no le des Me Gusta".

A continuación, utilizaron los anuncios de Facebook para generar visitas a cinco de ellas. Las campañas estaban dirigidas a usuarios de los Estados Unidos, Francia, India, Egipto y el resto todo el mundo, respectivamente. El presupuesto fue de seis dólares por día hasta llegar a un total de 90 dólares en los primeros 15 días.

Al mismo tiempo, utilizaron cuatro granjas de likes para generar visitas a las ocho páginas restantes. BoostLikes.com, SocialFormula.com, AuthenticLikes.com y MammothSocials.com fueron los servicios elegidos. En cada uno apuntaron por usuarios internacionales o estadounidenses. El precio fue desde los 70 a los 190 dólares para generar 1000 likes en 15 días.

Los siguientes 22 días, el equipo midió la actividad de cada página con ayuda de las estadísticas propias de Facebook, además de evaluar la información pública de los perfiles que dieron Me Gusta, como las otras páginas a las que habían dado like y sus listas de amigos.

Los resultados fueron muy reveladores. En primer lugar, De Cristofaro y su equipo analizaron la capacidad genuina de las campañas en Facebook para atraer likes de diferentes partes del mundo: la campaña de EU generó unos 32 Me Gusta, divididos casi por igual entre hombres y mujeres; la de la India y Egipto generaron más de 500 cada una y en Francia se lograron unos 44, pero curiosamente la campaña mundial generó cerca de 500 Me Gusta… casi todos de la India.

El equipo también analizó la naturaleza de los nuevos seguidores (likers). Todos tenían más o menos 300 amigos cada uno, una cifra similar a la media mundial. Sin embargo, a estos usuarios también les gustaban entre 600 y mil páginas más, una cantidad por mucho superior al promedio de los usuarios regulares: unas 40.

Pero lo interesante no acaba ahí, los likers de las granjas son aún más extraños: mientras que el número de Me Gusta recogidos en las campañas de Facebook aumentó lentamente con el tiempo; los números en las granjas salieron de un sólo golpe.

"Con AuthenticLikes observamos un aumento de 700 likes en las primeras cuatro horas del segundo día de la recolección de datos. Después de eso, no hubo ni un solo like adicional”, asegura De Cristofaro.

El equipo asegura que esto puede ser el resultado de robots automatizados que operan un conjunto de perfiles falsos y aún no se sabe por qué Facebook no ha sido capaz de evitar este tipo de actividad, aunque la gran imitación de usuarios reales puede hacer mucho más difícil la tarea de la red social por reprimirlos.

Por otra parte, los propietarios de estos perfiles también son diferentes a los usuarios normales de Facebook. Por ejemplo, ellos tienden a dar like a un gran número de páginas, entre mil 200 y mil 800.

El estudio de De Cristofaro, y su equipo, expone la actividad detrás de las granjas. Y por primera vez llega a la conclusión de que muchos de estos Me Gusta adquiridos son falsos, pero esto tal vez no sea una sorpresa; lo realmente preocupante es que los usuarios atraídos por las auténticas campañas de Facebook parecen ser diferentes a los usuarios promedio de la misma red social. ¿Entonces de dónde vienen?

Sin embargo, el equipo se apresura a hacer una aclaración: "Nuestros resultados no implican necesariamente que la publicidad en Facebook sea ineficaz, ya que nuestras campañas fueron diseñadas específicamente para evitar usuarios reales", aseguran. "Sin embargo, nuestro trabajo proporciona una fuerte evidencia de que los likers atraídos por nuestras páginas (incluso por medio de campañas de Facebook), son significativamente diferentes de los usuarios típicos de la red social".