Los osos polares no son blancos

¿Quéééé? Como lo oyes, de hecho, los osos polares son, todo lo contrario, negros!



Te vamos a desvelar uno de loas mentiras más creidas de todos los tiempos. Y es que el secreto mejor guardado de los osos polares es que no son blancos.

Así es, su piel es negra y su pelo no tiene color. La impresión que da de ser blanco es solo un efecto de la luz, pero la piel que hay bajo su pelaje es negra para atraer mejor los rayos del sol y aumentar así su calor corporal. Algo necesario, puesto que como todos sabemos, allí donde viven hace mucho mucho frío.

La falsa sensación de blancura se genera porque la luz se refleja sobre su pelaje que está formado por pelos traslúcidos. Estos pelos, además, están huecos y se llenan de pequeñas burbujas de aire que aislan al oso polar del frío extremo. Y son estas microburbujas las que reflejan la luz que les hace parecer blancos. Un fenomeno similar al que ocurre con la nieve que, fijate que sorpresa, tampoco es blanca.

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