La Meca del FRIKI: La capital de SteamPunk

Si eres friki friki friki... este pueblo te va a encantar! El lugar donde la fantasía y la ciencia ficción se unen con la realidad.



Oamaru: la capital mundial del Steampunk

El humilde pueblo agrícola Oamaru de apenas 14.000 habitantes, situado en la Isla Sur de Nueva Zelanda, solía conocerse por poseer la arquitectura victoriana mejor conservada del país… o por su importante población de pingüinos azules que habita apaciblemente entre las montañas Kakanui y el Océano Pacífico. Pero eso era antes de convertirse en la capital mundial del steampunk, tras una reciente reunión multitudinaria de entusiastas de este subgénero llegados de todas partes de mundo que han conseguido poner a Oamaru en el Libro Guinness de los Récords.

Así, por las calles de este bello pueblo de Nueva Zelanda, es de lo más habitual cruzarse con paseantes ataviados con sus trajes victorianos y lentes de LED, o que portan brazaletes de piel, lentes de metal o “armas” que bien podrían haberse diseñado para películas como Wild Wild West. Gente montando bicicletas clásicas de grandes ruedas o manejando enormes máquinas de vapor (steam, en inglés) que a los atónitos visitantes les parecen animales gigantes con vida propia. Oamaru posee incluso un museo temático de lo más sorprendente.

El responsable de todo este mundo fantástico que ha liberado la imaginación de todo un pueblo es Iain Clark, un joyero artesano de la región que se hace llamar “Agente Darling” y que en 2010, enamorado de la estética steampunk decidió ponerse en contacto con la empresa Weta Workshop –responsables de los efectos especiales y atrezzo de “El Señor de los Anillos”- con la idea de hacer una exposición en la ciudad. Tras su insistencia, consiguió que le donaran un contenedor lleno de obras de arte y estatuas para crear toda una exposición steampunk.

Al principio muchos aldeanos no lo entendían, y tampoco lo veían con buenos ojos. Pero a pesar de la resistencia inicial, después de la primera exposición el movimiento creció y los mismos granjeros que no estaban nada convencidos de esa nueva estética para su pueblo, se vieron intrigados y comenzaron a crear en sus graneros máquinas e inventos a través de piezas de segunda mano y aperos viejos para nuevas exposiciones.

El steampunk ha resultado un elemento liberador para los creativos y artistas de la comunidad, se ha convertido en parte de la identidad de Oamaru.

Para los menos iniciados en materia, el steampunk es toda una forma de vida inspirada en el apogeo de la Revolución Industrial; se trata de una subcultura que pretende reproducir la estética y los inventos que imaginaban los victorianos y eduardianos para el futuro. Comenzó en la literatura, pero pronto se extendió al cine y a la moda. Y para los más curiosos: la invención del término se le atribuye al escritor de ciencia ficción K. W. Jeter en los 80, cuando intentaba encontrar una expresión para unificar los trabajos con una misma estética inspirados en autores como Wells o Julio Verne. Véase Tim Powers y “Las Puertas de Anubis”, James Blaylock y “Homúnculo” o los del propio Jeter, como “Morlock Night”. Aunque ahora, hay obras de los 60 y 70 que se consideran auténticos referentes para el subgénero.

Gracias a “locos” como Ian Clarck, muchos entusiastas del romanticismo que se encierra en la estética steampunk pueden vivir hoy su propia fantasía. Según el mismo Clark, “ser diferente en Oamaru se está convirtiendo en la norma: algo que celebramos”.